
La justicia británica ha dado el visto bueno para desconectar el soporte vital de Indi Gregory, una niña de ocho meses, recientemente trasladada a un hospicio para pacientes terminales desde el Queen’s Medical Center de Nottingham (Reino Unido). La familia de la niña ha librado una batalla legal intensa para mantener su tratamiento, pero las apelaciones de los padres, Dean Gregory y Claire Staniforth, fueron rechazadas por la justicia.
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Los médicos del Queen’s Medical Center retiraron el soporte vital que mantenía con vida a Indi, quien padece una enfermedad mitocondrial incurable desde su nacimiento el 24 de febrero. A pesar del diagnóstico de los especialistas, que indicaba que el tratamiento causaba dolor inútil a la pequeña y era ineficaz, los padres persistieron en su negativa a aceptar lo inevitable.
El Tribunal Superior dictaminó que limitar el tratamiento de la niña era legal y beneficioso para ella. Además, tres jueces del Tribunal de Apelaciones rechazaron la solicitud de los padres de llevar a Indi a casa, insistiendo en que la retirada del soporte vital solo podía hacerse en un hospital o centro de cuidados paliativos, excluyendo el hogar familiar.
Llamado Internacional
La situación adquirió dimensión internacional cuando el gobierno italiano concedió la ciudadanía italiana a Indi de manera urgente para facilitar su traslado a Roma y continuar con su tratamiento. Sin embargo, los jueces londinenses rechazaron esta opción, calificando la intervención de los funcionarios consulares italianos como «totalmente equivocada».
El papa Francisco se unió en oración por Indi, expresando su apoyo a la familia y solicitando oraciones por todos los niños del mundo enfrentados a la enfermedad y la guerra.

Un Drama Diplomático
El tratamiento de la pequeña Indi fue interrumpido tras la decisión del tribunal de apelación, marcando una etapa dolorosa en la lucha de sus padres por su supervivencia. A pesar de la intervención de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien otorgó la ciudadanía italiana al bebé, un juez británico determinó que esto no afectaba las decisiones anteriores.
La enfermedad mitocondrial que afecta a Indi no tiene cura y afecta la producción de energía de las células del cuerpo. El Vaticano, cuyo hospital ofreció continuar el tratamiento, expresó el apoyo del papa Francisco a la familia en este difícil momento.
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La vida de Indi Gregory, una luz de esperanza perdida en una batalla legal sin cuartel, sigue generando preguntas sobre los dilemas morales que rodean las enfermedades incurables y el papel de los tribunales en situaciones tan desgarradoras.
